Nacido en Torredelcampo, su familia se trasladó a Jaén cuando él contaba diez años de edad. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios, donde fue reconocido con el primer premio de dibujo durante dos años consecutivos. Tras terminar la carrera de Peritaje Industrial en la Escuela de Peritos de la capital giennense, en 1958 ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla.
En 1960 viaja a Roma y después a París para ampliar sus estudios. A su regreso a Jaén, tras una breve etapa de docente, abre su primer estudio de pintura, que posteriormente reubica en Granada, donde establece su residencia.
De estilo impresionista, su producción está muy especializada en el paisaje de la provincia de Jaén. Con aportes en el retrato, es también autor de los cuatro lienzos que decoran el altar mayor de la iglesia de San Bartolomé en su Torredelcampo natal.
Sobre la principal temática de su producción pictórica, declaró: «cuando el paisaje es un trozo de verdad y de vida sin más aditamentos, podemos dejar suelta la fantasía para que pasee por él o trepe alegremente por los árboles. Lástima que la cal, el hierro forjado y el ladrillo, den paso a una civilización de pintura plastificada, aluminio y cemento, que va borrando todo lo auténticamente nuestro; esa personalidad que caracteriza a toda ciudad, según la calidad de sus artesanos y que al perderlos, se ha despersonificado el paisaje urbano, hoy común en todas las ciudades».